Por Fabiana Ordoñez.
Julio Cortázar, uno de los escritores argentinos más importantes de toda época nos sorprende con Casa Tomada, el primer relato de su primer libro de cuentos, Bestiario, publicado en 1951.
En Casa Tomada, el narrador es el
protagonista, quien vive junto a su hermana en la casa familiar, que antes
perteneció a sus bisabuelos, abuelos y padres. Estos hermanos, ya solterones,
los dos mayores de cuarenta años, son los últimos herederos que habitan en la
casa, ya que son ellos (y sus decisiones de no contraer matrimonio) quienes han
cortado la descendencia de su familia.
Este “matrimonio de hermanos” tiene toda una rutina en torno a la
casa, una casa grande y antigua, en la que sobra el espacio, y también las sorpresas.
Cada día estos hermanos (el narrador e Irene, su hermana) ocupan
la mayoría de la mañana en limpiar esta casa para luego preocuparse de los
quehaceres en la cocina.
La voz narrativa nos hace una clara descripción de esta casa,
fácil de imaginar y difícil de entender porqué está semivacía. Julio Cortázar se adentra en el
personaje del hermano y nos relata su fascinación por ver a Irene, su hermana,
tejiendo chalecos, bufandas, calcetas y otros para desarmarlos y volverlos a
armar. Así como el pasatiempo de Irene es el tejido, el pasatiempo de su
hermano es la literatura francesa.
Hasta el momento todo parece normal, los hermanos viven de un
dinero que llega mes a mes del campo, lo que les permite preocuparse en su
totalidad de la mantención de la casa familiar.
En Casa Tomada hay algo que no deja tranquilos a los hermanos, y
ese algo es un sonido, casi fantasmal, que sienten en distintos lugares de la
casa, sonidos que hacen saber a los hermanos que esos espacios ya no son de
ellos, sino que están tomados por ese algo. Es así como, poco a poco, los
hermanos van perdiendo el lugar donde viven, viendo cómo su casa se reduce a
los espacios por donde ese algo no ha pasado, y cómo van perdiendo las
pertenencias que tenían en esos lugares a los que ya no pueden entrar.
La narración es impecable, Cortázar tiene esa facilidad
característica de situar al lector dentro del relato, en este caso dentro de la
casa, haciendo incluso posible el escuchar los ruidos que hace ese algo dentro
de la casa, y cómo, junto con los protagonistas, nos vamos viendo en un espacio
cada vez más reducido.
Con
Casa Tomada, Julio Cortázar nos
demuestra su maestría al transformar una situación cotidiana en una pesadilla.
El manejo del nervio narrativo es sobresaliente y el tratamiento de los
personajes los hace ver como parte misma de la casa, un todo en una situación
cambiante. ¿Seremos
nosotros capaces de enfrentarnos a nuestros propios fantasmas, o escaparemos como los hermanos de Casa Tomada?
Julio Cortázar, declara que la causa de este "fenómeno" es desconocido, el no sabe quien tomo la casa ya que esta historia fue producto de un sueño, sin embargo, tiene implicaciones sociológicas y psicológicas extensos a desarrollar, que inconscientemente se busca una prueba verídica de la o el culpable del fenómeno. Se consiera que el personaje esta abierto al lector.